Familia y Disautonomía: cómo llega a afectar.
Presentado por: Lic. Aurora Sáez
Morales.
La Disautonomía corta la
biografía de la familia, hay un antes y un después; debemos tener en cuenta que
no todos entienden de la misma forma la situación, por eso es muy importante la
educación de la familia sobre esta condición médica para hacer frente a la
enfermedad, la importancia de seguir el tratamiento, el nivel de recuperación y
el impacto emocional en todos los miembros.

Luego del diagnóstico puede
presentarse una crisis familiar que puede ayudar a unirse más o abrir grietas
en la relación familiar, sobre todo cuando uno o ambos miembros no creen lo que
dice el médico. Lipowski en 1970 señala varias formas de comprender la
enfermedad por parte de la familia:
- Es un cambio que se debe dominar.
- Es un enemigo que invade el cuerpo del familiar.
- Es un castigo justo o injusto.
- Fallaron como padres.
- Los más comunes en nuestro caso son:
- Lo ven como una oportunidad nuestra para evitar las responsabilidades.
- Es una estrategia que usamos para llamar la atención o querer más afecto.
- Por desgracia muy pocos lo ven como una oportunidad de crecimiento emocional y desarrollo personal.

En este caso los padres de
familia:
1.- Choque emocional: qué hice
mal o por qué a mí.
2.- Negación del diagnóstico: no
es cierto, me quiere sacar dinero este médico, ni existe la Disautonomía.
Algunos buscan y buscan médicos hasta que encuentre a uno que le diga lo que
quiere escuchar como no es Disautonomía, o el que le diga que se cura y estará
de maravilla.
3. Ira: en contra de todo y
contra todos, eso incluye a Dios o en quien crea.
4.- Culpa: sobre todo si es por
herencia genética, o no me cuide en el embarazo, lo presione demasiado para
sacar buenas notas, etc. El efecto de esto es que los padres se vuelven
sobreprotectores al grado de asfixiar a su hijo, quitándole la libertad,
independencia y su espacio; lo que lo afecta a nivel emocional, porque crece
siendo miedoso, no enfrentar la enfermedad y la vida, será una persona no
Resiliente.
5.- Incertidumbre: nunca se sabe
qué va a pasar y cómo va evolucionar la enfermedad o el tratamiento.
En los padres se presentan
reacciones como angustia, depresión, agresividad y la culpa; afectando la comunicación
con médicos, maestros y otros miembros de la familia. Por ejemplo, los padres
que tienen depresión se manifiestan por alteraciones de sueño, el apetito, en
las relaciones sexuales, perdida de interés en actividades sociales,
profesionales o deportivas. Se puede
acompañar por una gran rigidez afectiva, un distanciamiento psíquico, en
algunos casos un rechazo hacia el hijo enfermo o se vuelcan en él y lo usan
como excusa vital de la propia existencia.

En caso de tener hermanos, a
estos también les afecta, porqué pueden sentir celos o enojo porque no pueden
salir tanto como antes, les arruina su fiesta o reunión, porque se puso mal y
lo llevan al hospital o suspenden la celebración porque debe descansar,
etc.
Pero el papel de los padres es muy
importante, porque pueden ver esta oportunidad para que sus hijos desarrollen
la tolerancia, altruismo, generosidad, confianza, fortalecimiento, respeto a la
diferencia y capacidad de superación y trabajo en equipo.
1. Informar
acerca de la enfermedad
2. Desarrollar
actitudes que permitan afrontar situaciones estresantes de manera constructiva.
3. Expresar
sus sentimientos respecto a la situación y lo que perciben.
4. Desarrollar
su propio proyecto de vida y aspiraciones particulares, haciéndolos compatibles
con las responsabilidades derivadas de tener un hermano con Disautonomía.
Como podemos ver también nuestros
familiares la pasan mal, pero no saben cómo manejar la situación, por eso es
muy importante la comunicación y buscar ayuda tanto en grupos de apoyo como con
especialistas en el tema de psicología: como pedagogos, psicólogos, tanatología,
etc. Que realmente aprendan sobre la enfermedad, para que puedan apoyarse entre
todos; de lo contrario, puede existir una fractura muy difícil de reparar,
sobre todo cuando el paciente va creciendo, puede crecer con un resentimiento o
coraje contra la familia, por no haberlo apoyado.
En algunos casos la soledad de
estos jóvenes, pueden llevarlo a la depresión o pensar en quitarse la vida, por
la desesperación y no poder encontrar la salida del problema. Lo malo que en
las redes sociales promueven muchas de estas salidas falsas o tratamientos que
pueden poner en mayor riesgo a sus hijos o familiar.
Referencias:
González- Simancas, J.L y
Polaino-Lorente, A. Introducción a la Pedagogía Hospitalaria.
Fundación Carolina Labra
Riquelme. (2006). Aulas Hospitalarias: Reflexiones de la VIII jornada sobre
Pedagogía Hospitalaria. Chile Ed. Libe Narvarte
Secretaria de Educación Pública.
(2009). Memoria del primer Diplomado en Pedagogía Hospitalaria.
México, Ed. Administración
Federal de Servicios Educativos.
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