Hábitos para el buen Dormir.



Para dormir bien es importante seguir buenos hábitos; como ya leímos en artículos pasados el insomnio puede ser causado por la ansiedad y la depresión, ambos casos causados por una reacción autónoma exagerada a ciertas circunstancias que causan estrés o también puede pasar esto en estado de reposo. El insomnio es un trastorno del sueño que puede tener diversas causas pero que si se agudiza, requiere tratamiento médico.  Las personas que sufren de insomnio tienen dificultades para quedarse dormidas, para continuar durmiendo o para hacer ambas cosas. A consecuencia de esto, duermen muy poco o muy mal. Es posible que al despertar no se sientan descansadas.




El insomnio puede ser agudo (de corta duración) o crónico (constante). El insomnio agudo es común y a menudo se debe a situaciones como estrés en el trabajo, presiones en la familia o situaciones traumáticas. Dura días o semanas.

El insomnio crónico dura un mes o más. La mayoría de los casos de insomnio crónico son secundarios. Eso significa que el insomnio es un síntoma o efecto secundario de algún otro problema. Ciertos problemas de salud, algunas medicinas, los trastornos del sueño y otras sustancias pueden causar insomnio secundario.
En cambio, el insomnio primario no se debe a problemas médicos, medicinas u otras sustancias, sino que es un trastorno independiente y su causa no se conoce bien. Varias circunstancias de la vida pueden provocar insomnio primario, entre ellas el estrés prolongado y las alteraciones del estado emocional.

El insomnio puede causar sueño excesivo y falta de energía durante el día. También puede hacer que la persona se sienta angustiada, deprimida o irritable. Puede ser difícil concentrarse en las tareas, prestar atención, aprender y acordarse de cosas. Estos problemas pueden impedirle el desempeño óptimo en el trabajo o los estudios. El insomnio también puede causar otros problemas graves. Por ejemplo, una persona que sufre de insomnio puede sentir somnolencia al conducir y esto puede causar un accidente.

Insomnio secundario

El insomnio secundario es un síntoma o efecto secundario de otro problema. A menudo este tipo de insomnio es un síntoma de un trastorno emocional o neurológico, o de otro trastorno médico o trastorno del sueño.
Entre los trastornos emocionales que pueden causar insomnio están la depresión, la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático. Las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson son ejemplos de trastornos neurológicos comunes que pueden causar insomnio.
Muchos otros trastornos o factores también pueden causar insomnio, entre ellos:
  • Los que causan dolor crónico (constante), como la artritis y los trastornos que se manifiestan con dolores de cabeza
  • Los que producen dificultad para respirar, como el asma y la insuficiencia cardíacaexternal link icon
  • Una tiroides demasiado activa
  • Los trastornos gastrointestinales, como la acidez estomacal
  • Los accidentes cerebrovascularesexternal link icon
  • Los trastornos del sueño, como el síndrome de las piernas inquietasexternal link icon, y los problemas respiratorios que tienen relación con el sueño
  • La menopausia y los sofocos
El insomnio secundario también puede ser un efecto secundario de algunas medicinas. Por ejemplo, ciertas medicinas para el asma, como la teofilina, y algunas medicinas para las alergias y el resfriado pueden causar insomnio. Los betabloqueantes también pueden causar insomnio. Estas medicinas se usan para el tratamiento de problemas del corazón y en nuestro caso para controlar los síntomas.

Algunas sustancias de uso común también pueden causar insomnio, por ejemplo, la cafeína y otros estimulantes, el tabaco y otros productos que contienen nicotina, y el alcohol y otros sedantes.

Estas son algunas de las causas del insomnio.

Alcohol

El alcohol, contrario a lo que mucha gente piensa - no ayuda a dormir bien. Más bien todo el contrario. Si toma demasiado alcohol por la noche, no solo dormirá peor sino que corre el riesgo de mezclar resaca con cansancio el día siguiente.

Pesadillas

El miedo a sufrir pesadillas recurrentes puede impedir que logre conciliar el sueño.

Depresión

Las personas que sufren una depresión u otros trastornos psicológicos como ataques de pánico ansiedad etc. pueden experimentar mayor dificultad para dormir por la noche

Motivos familiares

Hay bebés que no duermen por la noche y a consecuencia sus padres tampoco. Y una vez que se ha logrado calmar un bebé que llora por la noche, es frecuente que los padres tenga dificultad en volver a dormirse.

Condiciones y enfermedades

A veces sufren el insomnio las personas que padecen condiciones tales como el asma, colon irritable, impotencia, acné u otras alteraciones de la piel, caída del cabello, el apnea del sueño , alergias, impotencia, obesidad, ansiedad, hipertensión etc. muchas veces bien por los efectos físicos de su condición (dificultad de respirar o la tos, picores, necesidad de acudir al cuarto de baño repetidas veces, dolor de barriga....) o bien por los efectos psicológicos de la misma (nerviosismo, preocupación, estrés..)

Cambios en la hora de dormir

El jetlag o un trabajo en el que tiene que hacer distintos turnos y horarios pueden provocar trastornos del sueño.

Medicinas

Estimulantes, anfetaminas, diuréticos, pastillas para adelgazar.... Varios tipos de medicina pueden provocar el insomnio como efecto secundario. Antes de tomar medicamentos es importante leer sobre las contraindicaciones y efectos secundarios.

Situaciones de estrés

Grandes cambios en su vida doméstica o laboral, problemas financieros, la muerte de un ser querido...

Ruidos externos

Si usted o su pareja suele roncar, si hay ruidos de terceros en su casa durante la noche, si sus vecinos llevan un horario distinto y se quedan hasta tarde viendo películas tipo el hijo de la novia o si el camión de la basura pasa por su calle a las tres de la madrugada... Todas estas situaciones pueden ser la fuente de su insomnio.


Consejos para dormir bien.

1. El horario: Fije un horario estable para ir a la cama y para despertarse. Si por alguna razón excepcional (por ejemplo, el fin de semana) trasnocha más de lo previsto, no se levante al día siguiente excesivamente tarde. De esta forma, aunque pasará sueño un día, no alterará el ciclo sueño/vigilia al que su organismo está acostumbrado y podrá funcionar con normalidad durante el resto de la semana.


2. El dormitorio: Procure que su dormitorio sea cómodo, manténgalo bien ventilado y a una temperatura agradable (aproximadamente unos 22ºC), aislado de ruidos y luz. Utilice un colchón confortable y, en caso de usar almohada, que ésta no sea muy alta.


3. Ejercicio: Manténgase activo. Haga ejercicio moderado con regularidad, ya que favorece el descanso ayudándonos a liberar tensiones. Pero no lo haga al menos tres horas antes de ir a dormir, pues a corto plazo tiene un efecto activador. La única excepción es la actividad sexual, que no perjudica el sueño.


4. Actividades en la cama: No utilice la cama para ver la televisión, para escuchar la radio o hacer trabajos de oficina. Tampoco lea nada que le obligue a estar muy concentrado. Su cama ha de ser primordialmente un lugar para dormir.


5. Postura y ropa: Adopte una postura física correcta, y duerma con ropa cómoda que no le moleste ni apriete.



Hay también algunas cosas que debe evitar.




1. La siesta: No duerma durante el día. Puede ir bien reposar, o dormitar, 15 ó 20 minutos después de comer, pero no más.


2. La cena copiosa: Evite las cenas copiosas y no cene demasiado tarde. No teme líquidos en exceso, sobre todo tres horas antes de acostarse. No abuse del jamón, queso, bacon o tomate, ya que contienen tiamina, una sustancia que aumenta la liberación de un estimulante cerebral. Por el contratio, el ygourt, la leche, el plátano, son alimentos ricos en trptófano ypueden ayudarle a conciliar el sueño


3. Estimulantes: No tome café ni té por la tarde y, al menos 4 horas antes de ir a dormir.. Tampoco tome demasiado chocolate. Preferiblemente, no fume ni beba nada de alcohol Beber mucho alcohol produce somnolencia, pero puede provocar despertares nocturnos, y abatimiento a la mañana siguiente.


4. Comer a medianoche: No coma nada si se despierta a medianoche.


5. Obligarse a dormir: No fuerce el sueño, sobreviene espontáneamente si se dan las condiciones adecuadas. Si al cabo de un rato (quince o veinte minutos aproximadamente) de acostarse no logra dormir, no pierda la paciencia dando vueltas; levántese de la cama y realice alguna actividad relajante (leer, escuchar música ...) hasta que le entre sueño.


6. Pastillas para dormir: No recurra a las pastillas para dormir. Aunque pueden ser efectivas en un primer momento, después de tres o cuatro semanas empezarán a dejar de serlo debido a la adaptación progresiva del cuerpo y, además, pueden crearle dependencia. Por otra parte, las pastillas alargan el tiempo de sueño pero puede que no favorezcan la calidad del mismo. Sólo estarían indicadas como último recurso en casos definidos de insomnio crónico y siempre bajo la supervisión de un médico especialista.

Trate de hacer agradable el momento de irse a dormir.


Antes de acostarse: Establezca una rutina placentera antes de acostarse. Un baño tibio le ayudará a relajarse; también leer o escuchar música relajante. Es recomendable tomarse un vaso de leche caliente (con miel) o bien una infusión de manzanilla o de valeriana.

Tranquilidad: A la hora de dormir, la tranquilidad es fundamental. Suspenda toda discusión, evite revivir los conflictos y no trabaje en la cama. Si tiene problemas, hable de ellos durante el día, pero "olvídelos" por la noche (no piense en ellos, dese un respiro y aplace su solución para otro momento). No realice esfuerzos intelectuales antes de acostarse.


Es más importante la calidad que la cantidad: No se preocupe si no consigue dormir ocho horas, ya que no todos necesitamos dormir lo mismo. Seis horas de sueño pueden ser suficientes si éste es reparador (es decir, si no es un sueño interrumpido o alterado por alguna molestia que perturbe el descanso).

Medicamentos: Si está usted tomando algún medicamento, pregunte a su médico si contiene ingredientes que interfieran el sueño, o bien si el problema de salud que padece dificulta el sueño.

Consultar: Si a pesar de seguir estas sugerencias, no logra dormir y su funcionamiento diurno se ve alterado por ello, consulte con el especialista.

Información disponible en:
http://www.nhlbi.nih.gov


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