Carta abierta a la Disautonomía
Hola, Disautonomía. Te escribo porque, aunque no lo creas, hemos tenido una relación intensa. En muchas ocasiones te he odiado. Me rompiste planes, sueños, metas. Me frustras cuando mi mente quiere hacer mil cosas y mi cuerpo no responde. Y otras veces, haces lo contrario: mi cuerpo tiene energía, pero mi mente se queda en blanco. Por tu culpa, he escuchado frases que duelen: "Es mental." "Ve con el psicólogo." "Lo haces para llamar la atención." "Es porque eres mimada." "No quieres convivir con la familia." *"Te falta tener amigos." *"Dios te va a aliviar." *"Te ves más gordita." *"Te ves más delgada." *"¿Otra vez te van a operar?" *"¿Un esguince nuevo?" *"Pobre de tu mamá." Pero casi nunca escucho: "¿Cómo te podemos apoyar?" Y sin embargo, tengo más motivos para agradecerte. Me mostraste la vida real. Me alejaste de personas que decían ser amigas, pero...